Categoría: Metodología americana
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¿Siempre te has considerado responsable? Existen dos tipos de personas: o bien no te consideras responsable y sí lo eres o estás 100% seguro que encajas con el perfil y en la realidad no estás ni cerca. ¿Quieres saber a cuál de los dos perteneces? ¡Sigue leyendo!
¿Qué significa realmente ser responsable? Constantemente escuchamos a nuestros padres y profesores hablando de lo importante que es esta cualidad, además de lo ventajoso que puede ser. De hecho, en casi todos los sitcoms estadounidenses se mofan de los estudiantes irresponsables y siempre se comparan con los ejemplares (si no échale un vistazo a la nueva serie de Netflix “Mr. Iglesias”).
Ser responsable es cumplir con todas nuestras obligaciones PUNTUALMENTE (nada que semanas después, eh), además de tomar las decisiones correctas y ser capaces de responder por nuestros actos. Una persona responsable es consciente del mundo que le rodea y tiene claros sus objetivos.
Probablemente estés pensando: ya, bacán pero ¿cómo sé si realmente soy o no responsable? ¡Paciencia, pequeño padawan! Vamos a eso:
Una persona responsable es, ante todo, honesta. Consigo misma y con los demás; con esto nos referimos a que cada vez que te comprometes a realizar un proyecto o trabajo en equipo lo completes y no abandones. No solo aplica con las personas que te rodean, también contigo mismo: cuando te propongas hacer algo o te pongas metas, ¡cúmplelas! No las dejes a medias y reconocer dónde estás fallando te convertirá en una persona más responsable.
Cuando eres responsable, te haces cargo de tu vida. Es decir, eres un adulto funcional que trabajar por su futuro y no depende enteramente de sus padres para tomar decisiones. Esto aplica para asumir gastos, pagar deudas y, básicamente, mantenerte vivo (aunque no lo creas, no todos son capaces de lograrlo).
No solo esto, también reconoces cuáles son tus derechos y deberes como miembro de la sociedad además de cómo cumplirlos (y lo haces). Una persona irresponsable le teme al compromiso y evitará hacerse cargo de cualquier cosa que lo obligue a salir de su zona de confort.
¿Has escuchado hablar de disciplina? Bueno, además de ayudarte un montón a formarte también te obliga a ser más responsable. Una persona disciplinada no tiene problemas para cumplir con sus responsabilidades sin importar las circunstancias y, por supuesto, cuidar su reputación (si quieres tener éxito en los estudios o en el trabajo debes cuidar tu imagen sí o sí).
Ser disciplinado se aplica a muchos aspectos de tu vida: desde cumplir con tu rutina hasta administrar responsablemente tu dinero y, bueno, tu vida. Cuando cumples con estas características, definitivamente estás cerca de la responsabilidad.
Te tengo noticias: si eres de los que buscan excusas para justificarse (así sean cosas tontas), definitivamente no eres tan responsable como piensas. Tal como hemos dicho antes, la cuestión acá es que seas capaz de cumplir con todos tus compromisos personales o laborales y lo logres sin poner peros o quedar mal con terceros.
Ojo, esto aplica también a aquellos que dicen ser responsables y, a pesar que a la larga terminan cumpliendo con sus cosas, en el proceso lo postergan y se justifican alegando mil y un motivos (créeme, también he pasado por ahí). Si quieres ser responsable tienes que comprometerte con la causa e invertir todo tu esfuerzo para lograrlo.
¿Te has puesto a pensar cuál es tu reacción cada vez que tienes un problema? Quizás seas tú quien crea los problemas y no te has dado cuenta. Sea cual sea el motivo, una persona responsable sabe solucionar problemas cada vez que se presentan con tal de cumplir con sus compromisos y busca mejorar lo que ya funciona para hacerlo aún mejor.
Como habrás podido notar, ser responsable es bastante más complejo de lo que parece y requiere de un montón de cualidades. Y si respondiste mal estas preguntas, ¡no importa! La vida real no es una sitcom gringa, sí puedes aprender de tus errores y mejorar.